Aún recuerdo como si fuera ayer que en un domingo como hoy pero de hace 11 años por fin hacia pública mi declaración de amor y promesa a ti: te amo, quiero pasar el resto de mi vida contigo y te quiero hacer feliz. Ese verdadero día que iniciaría el resto de nuestras vidas.
Qué gran día cuando te vi caminar por ese pasillo con alegría, decisión y una que otra lágrima rodando por tu mejilla. Por fin se cumpliría aquello que tiempo atrás te había dicho y no me creíste.
Un año antes había terminado mis estudios universitarios y ya estaba dando el siguiente gran paso. Jamás me arrepentiré de haber tomado esa decisión. Has cambiado tantas cosas en mi positivamente que no hay manera de estar equivocado.
Ilusiones empezaron a surgir aun antes de que se diera ese momento. Algunas de ellas las hemos podido cumplir, otras siguen en el tintero. Pero no necesito explicar mucho, para muestra un botón, bueno, dos. Un botón y una botona, un chiquillo y una chiquilla.
Esas promesas que mencioné pueden ser recordadas por quienes hayan pasado hace poco por ahí con singular alegría aún inclusive tal vez el sabor del pastel. Pero aquellos con más experiencia coincidirán conmigo que cada una de ellas es más difícil de lograr que la anterior.
Si eso no fuera suficiente, el paso del tiempo nos ha llevado a una prueba tras otra, una alegría seguida de varias más, errores y malentendidos por doquier, amor desbordante... Sin embargo, si de algo podemos estar seguros es que nunca hemos estado aburridos.
Todas las cosas que hemos pasado son dignas de recordarse. Si, aún las que no nos gustaron, porque nos han formado tal como somos ahora. Y aunque parezca imposible de creer, no cambio el momento actual por nada, como si fueras mi Duvalin®.
Ahora bien, eso no significa que hay algunas cosas que hubiera hecho diferentes si tuviera la oportunidad de hacerlas de nuevo. Por eso quiero pedirte perdón una vez más por todas aquellas palabras o acciones que has tenido que sufrir conmigo.
Realmente eres importante para mi, eso creo que está claro. Me han encantado todo estos años, eso también está dicho. Pero creo que he omitido algo esencial: no hay, ni habrá en mi vida otra con la que quisiera estar. Tu me complementas, me satisface, me haces feliz. Porqué habría yo de buscar en otro lado lo que tengo en casa?
Ese día te hice una promesa más, no tan explícita, ni tan común. Esa canción que nos ha acompañado y que se que nos ha ayudado a sostenernos. Esa promesa que hoy repito para que la escuche medio mundo: "Pase lo que pase, yo aquí estaré"
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Te amo flaca y deseo muchos años más a tu lado...
